Mientras que algo es desconocido, no se siente más que curiosidad, pero una vez a bordo, la desesperación y la confusión son importantes viajeros

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Invisible ante los recuerdos.

La lucha contra uno mismo.
Pasó una vez por delante de aquel espejo, sonrío y siguió caminando. Más tarde, pasados unos quince minutos, volvió para asomarse a aquella galería. Su reflejo iba desordenando el cuadro, como el viento remueve las entrañas del árbol, pero ella ajena a sus pasos por aquel pasillo continuaba su inmerecido castigo.
Ese paseo por el pasillo circular se hacía eterno, sin palabras que interrumpiesen la peregrinación. Buscaba la puerta que le dejase volver a otros años.
El cristal fijaba durante segundos el rastro fugaz, al igual que su conciencia chasqueba los dedos cuando llegaba alguna visita.
Y así, la carcoma se nutría de su humor, dejando el esqueleto de una estructura mantenida por el ansia de un solo recuerdo. Abrir la puerta y correr hasta su casa...Donde habría un espejo que sus ojos tampoco verian.

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