Mientras que algo es desconocido, no se siente más que curiosidad, pero una vez a bordo, la desesperación y la confusión son importantes viajeros

lunes, 18 de julio de 2011

Noche de verano.





Por la noche, un perro arañaba la pared,
con sigilo, alguien caminaba por mi cama.
Trepando al ritmo del rasguño,
una cicatriz se abría paso entre mis sábanas.

Por la noche,el frenetismo se palpaba
y a la vez, todo permanecía parado
deliro, yo descansaba.
Solo el aliento se colgaba por mi garganta.

Por la noche, el jadeo se hacía audible
impaciente se revolvían mis sentidos,
el aire ya húmedo se llevaba mi psique
yo dormía, y tú jugabas conmigo.

Por la noche, tu y yo nos encontramos.
¿Y qué sería de mi, si tus fauces
no dejaran sus hendiduras por la mañana?
Ahora, para verte, solo necesito ver mi cuerpo.

Te deseo.